sábado, 14 de julio de 2018

Braveheart


                                  Braveheart  (1995)


     


Día 18...
Ahora que todos hablan de independencia, libertad y todas esas cosas, nosotros no vamos a ser menos, y dedicamos nuestro post de hoy a un rebelde independentista que luchó por la libertad de su pueblo (pero de los de verdad, de los que no huyen a Bruselas) , el escocés William Wallace, al que Mel Gibson dedicó la película que nos ocupa, "Braveheart", de 1995.


                                El verdadero William Wallace: clavadito, clavadito a Mel Gibson


La película narra la vida del héroe nacional escocés William Wallace, personaje que existió en la vida real (aunque el guión altera convenientemente algunos aspectos de su vida) y que lideró la rebelión contra los invasores ingleses en el siglo XIV y que concluyó con la independencia de Escocia frente al rey Eduardo II (al menos, temporalmente)
Varios son los puntos fuertes de esta película: un guión sólido y efectivo, que nunca aburre aunque nada complicado (y con licencias históricas importantes, como hacer coincidir la muerte de Wallace con la de Eduardo I cuando éste murió dos años después o unir románticamente a la princesa francesa con el protagonista cuando nunca coincidieron en el espacio-tiempo), unas escenas de batalla muy realistas y soberbiamente montadas y fotografiadas ( a veces de dureza excesiva, con uso de bastantes litros de sangre), una música excelente de James Horner, que remarca los momentos álgidos del film (la escena final, por ejemplo o la ejecución) y unas grandes interpretaciones, destacando especialmente el pérfido Eduardo I de Patrick McGoohan, aunque quizás un pelín caricaturizado su personaje (arrastrado más bien por el de su hijo, el príncipe Eduardo, futuro Eduardo II)



                 Eduardo I "Longshanks": el rey malo más malo y padre del año 

La película salió adelante como empeño personal de Mel Gibson, ya consagrado como estrella de Hollywood por entonces, pero que comenzaba una carrera como director por la que inicialmente nadie daba dos duros. Debutó con la simplemente correcta "El hombre sin rostro" (film que no desentonaría en una sobremesa de sábado en Antena 3) pero cerró la boca a todos con el éxito de esta "Braveheart", que consiguió cinco Óscars ese año, incluyendo mejor película y director. 
Su interpretación ya gustó menos, llegando a ser criticada su cabezonaría por hacer también de Wallace joven cuando ya contaba con más de 40 "castañas" e incluso algún malintencionado comentó sarcásticamente el parecido entre Gibson, su peluca y Tina Turner (envidiosos)



                                   "¡Hoy Escocia, mañana Benidoooooooorm!"

Después de "Braveheart" es conveniente decir que al bueno de Mel se le fue un poco la pinza y su siguiente película fue esa revisión de las últimas horas de Jesucristo ¡en arameo, hebreo y latín!, que se vio acompañado poco después de varios escándalos personales de los que se hizo eco la prensa rosa convenientemente. 
A partir de ahí, se le colgó la fama de racista, antisemita, machista, borracho, fanático religioso, homófobo, etc, etc, pero que, como no lo conozco personalmente, pues me desentiendo de todo eso, y de lo que estoy seguro es que, de rodar, sabe el tío....

Por último, dos curiosidades:

1.- se dice que las escenas de batalla salieron tan bien porque usaron de extras a habitantes de dos pueblos vecinos rivales que al parecer, se "cascaban" de verdad.


                                            Villarriba y Villaabajo a la escocesa


2.- un año después de estrenarse esta película, tuvo lugar la Eurocopa de fútbol celebrada en Inglaterra y casualmente, la anfitriona y Escocia se enfrentaron en la primera fase; pues el seleccionador escocés decidió, antes del partido, que sus jugadores vieran el film para lograr extramotivarles (como si hiciera eso falta a un escocés cuando se enfrenta a un inglés) Pues dio igual, Inglaterra ganó 1 a 0 a Escocia...
William Wallace se hubiera revuelto en su tumba si su cuerpo no hubiera estado troceado y repartido por toda Inglaterra...


                   Escocia 96: se dice que entre todos juntos no sumaban tres dientes...

Como siempre, os dejo con para mí la que sería mejor escena de la película, justo tras el martirio final de Wallace y de que los ingleses lo conviertan en hamburguesa, los escoceses le vengarán, momento magistralmente acompañado de la banda sonora de Horner.
Que lo disfrutéis y que nos entren muchas ganas de acabar con ingleses...



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