Patton (1970)
Día 37...Como la última parte de este curso pasado se vioo alterada por
un discurso, he decidido que el post de hoy esté protagonizado precisamente por
otro "speech", casi tan histórico como el mío...
Y es que, si hay una película en la que destaca
un discurso sobremanera, "El gran dictador aparte", ésa es "Patton", cuya escena inicial es un
discurso de casi siete minutos ininterrumpidos que ya marcará todo el
desarrollo del film.
Patton, en su salsa, con audiencia, barras y estrellas: agárrense los machos
"Patton" es un film
estadounidense de 1970 dirigido por Franklin J. Schaffner (que nunca fue un
genio del cine pero sí un gran profesional del mismo, con otras joyas como
"El planeta de los simios" o "Papillon") y que narra la
polémica historia del general George Patton, figura venerada por casi todo su
país.
Este señor, a lo tonto, tiene varias obras maestras en su haber
Para empezar, el general Patton era un
auténtico hijo de puta y la película no lo esconde. Analiza al militar como lo
que era, profesional, metódico, duro y un ganador nato, lo cual encanta en
Yanquilandia pero también a la persona arrogante, intolerante, cruel y en
cierto modo, brutal. Esto último precisamente es lo que causó que su familia no
diera su visto bueno al guión (escrito por F. F. Coppola) y que se estrenara
sin su consentimiento.
El Patton real: si en foto asusta, habría que verlo en vivo y en directo
Ya en la primera escena, se atisba la personalidad
"pattoniana", seis minutos de patriotismo exacerbado, honor y
sacrificio, cueste lo que cueste, y sobre todo, de brutal sinceridad.
("Quiero que recordéis que ningún bastardo ganó jamás una guerra
muriendo por su patria. La ganó haciendo que otros pobres estúpidos bastardos
murieran por ella. Muchachos, todas esas historias de que Estados Unidos no
quiere luchar, que pretende estar al margen de la guerra, son un montón de
estiércol. A los estadounidenses por tradición les entusiasma luchar, todo
verdadero estadounidense ama el acicate de la pelea. Cuando erais niños todos
admirabais a los campeones: al corredor mas veloz, a los ases del fútbol, a los
boxeadores mas duros. Los estadounidenses aman al ganador y no pueden soportar
al que pierde. Todo estadounidense juega siempre para ganar, yo no apostaría el
pellejo por un hombre que estando perdiendo, se riera. Por eso los
estadounidenses nunca hemos perdido ni perderemos una guerra, porque la sola
idea de perder nos resulta odiosa")
Y es por eso que allí veneran la figura
del general.
Pero la película no sería lo mismo sin
la interpretación de George C. Scott, uno de esos casos en los que el actor se
mimetiza con el personaje y es imposible separar a uno del otro. Merecidísima
estatuilla al mejor actor que se llevó y que se negó a recoger en la ceremonia
(primer actor que lo hacía) por desavenencias con la Academia. Sí, está claro que el
espíritu de Patton se apoderó de él...
Patton-Scott: el método Stanislavski llevado a la obsesión
Más cosas que hacen grande a este film
son la química de Scott con Karl Malden, como el general Bradley, la recreación
de la II Guerra Mundial usando escenarios españoles y material de nuestro
ejército de entonces (ventajas de tener un ejército obsoleto) y la fanfarria
principal de la banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith (magistral es lo
menos que puede decirse)
En conclusión, si se quiere saber todo
sobre este hombre, mitad genio mitad psicópata, es la película indicada, no
escondiendo sus detalles más polémicos: el maltrato que infligía a sus
soldados, incluyendo las bofetadas que repartía entre sus hombres si aducían
estrés nervioso, sus conflictos con los aliados forzosos rusos a los que odiaba
y avisaba que serían el enemigo del futuro e incluso su antisemitismo (valiente
para ser un producto de Hollywood el incluir la frase "nos hemos
equivocado de enemigo en esta guerra")
El general, y sus habilidades sociales: "haciendo amigos" entre los rusos...
El único pero, que se omite en el final
cualquier teoría sobre su muerte, ocurrida en Alemania al poco de acabar la
guerra en accidente de circulación y sobre la que siempre hubo sospecha de
conspiración (lo habrían quitado de en medio para que dejara de molestar a
rusos y judíos)
Por cierto, en 1986 se produjo una
secuela hecha para la televisión llamada "Los últimos días de
Patton", que relata los últimos días de vida de Patton y el accidente que
propició su muerte y en la que George C. Scott reinterpretó al personaje, aunque en este caso, la verdad, no pasa nada si no la veis.
Niños, ésta, sí...
Niños, ésta, no...
En fin, os dejo con la escena inicial del discurso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario