jueves, 16 de agosto de 2018

Los intocables de Eliot Ness



                   Los intocables de Eliot Ness  (1987)

                  
                 

 

Día 36...
Hora de otra lección de cine gratis.
Se dice que el lenguaje cinematográfico moderno nació a raíz de la obra del cineasta soviético Serguéi Eisenstein, creador del tipo de montaje al que estamos acostumbrados y que sirvió para abandonar el estilo "teatro grabado" que había caracterizado al séptimo arte en sus comienzos (esa consideración debería compartirse "ex aequo" con el otro gran innovador del cine, el estadounidense David W. Griffith)
En sus películas, en su mayoría obra para propaganda del régimen soviético, esto es perfectamente identificable, sobre todo, en "El acorazado Potemkin" (1925), considerado el primer film moderno.



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¿A qué viene este rollo? A que precisamente nuestra película de hoy incluye una mítica secuencia que homenajea a Eisenstein y a su obra maestra.
"Los intocables de Eliot Ness" es un film norteamericano de 1987 dirigido por Brian de Palma basado en la novela co-escrita por el propio Ness y que ya había sido llevada a la televisión como serie con gran éxito, que narraba la historia de cómo un agente federal trataba de luchar contra el crimen organizado en los peligrosos años 20 de los EEUU de la "ley seca", representado por un brutal Al Capone que tenía bajo su control a pistoleros, periodistas, policías y jueces.



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Brian de Palma pertenecía a una generación de directores que empezaron a trabajar en los 60 y que estaban destinados a dominar el cine en las siguientes décadas, incluyendo a Scorsese, Coppola, Lucas o Spielberg. Ya había demostrado su talento en varias ocasiones, pasando de ser considerado un simple imitador de Hitchcock en sus inicios a un autor consagrado gracias a "Carrie" o "Scarface" y la crítica destacaba ante todo su uso de los planos secuencia, es decir, rodar una escena entera sin cortar ni cambiar de plano, todo un despliegue de planificación y de presión para los actores que son enfocados en todo momento por la cámara.



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Para De Palma, esta película era en principio, un encargo más, pero se lo tomó como algo personal y el resultado final valió la pena.
Incluye varias secuencias brillantes como la pifia en la primera detención de Ness, la de Capone con el bate de beísbol en la mesa, el ataque al convoy de alcohol en Canadá o cualquiera en la que interviniera un inconmesurable Sean Connery, que ganó el Oscar al mejor secundario, pero hoy nos quedamos con la del tiroteo en la estación que precisamente es todo un homenaje a la escena de la escalera de Odessa de "El acorazado Potemkin" y es toda una clase magistral de cómo mantener en tensión al espectador en todo momento (os dejo también el original para que comparéis)










Como curiosidad final, en principio a Ness lo iba a interpretar Don Johnson, sustituido finalmente por Kevin Costner en posiblemente el único papel en el que lo soporto (ni siquiera como Robin Hood alopécico) y de Capone se hizo cargo a comienzos del rodaje Bob Hoskins, aunque tras unas semanas de trabajo, De Palma decidió cambiarlo, acertadamente, por De Niro.




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Poneos el chaleco antibalas y disfrutad del "baile"...

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