lunes, 27 de agosto de 2018

Regreso al futuro


                                Regreso al futuro  (1985)


               




Poca vergüenza, infame, ignominioso y algunos otros más son los calificativos que merezco por dejar para tan tarde la inclusión en este blog de una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia (la décima según el American Film Institute), que dio lugar además a una saga de gran éxito y cuyo visionado guardo como una de los mejores recuerdos de mi adolescencia (sí, otra vez ese legendario vídeo comunitario)
“Regreso al futuro” es un film estadounidense de 1985 que jugaba, a medio entre camino entre la ciencia ficción y la comedia, con ese anhelo humano tan antiguo de poder viajar en el tiempo. Se trata de la típica producción Spielberg de los 80, prefabricada para triunfar en taquilla (y a fe que lo consiguió, siendo la de mayor recaudación de ese año), llena de referencias pop, efectos especiales y esa magia que tanto encandilaba al público, algo tan simple y a la vez tan complicado, de conseguir.



                              El primer viaje en el tiempo, registrado para la historia...



Del argumento y personajes poco que comentar que todos no sepáis ya: ese Marty McFly al que más no vale no llamar gallina, ese Doc Brown sosias de un Albert Einstein más despistado que nunca, el matón de Biff Tannen y su facilidad para acabar rodeado de estiércol, esa madre de cascos ligeros coladita de su propio hijo (Sigmun Freud habría flipado con este guión), ese padre que hace que todo el reparto entero de “The Big Bang Theory” parezcan unos ganadores y sobre todo, ese DeLorean DMC-12 que todos hemos soñado con tener alguna vez y quien diga que no, miente como un político.



                                     "¿McFly es un gallina? Este Marhuenda"....



                                                      El resto de la banda


El director de la película fue Robert Zemeckis, gran amigo de Spielberg aunque éste firmara el guión del mayor fracaso comercial del genio de  Cincinnati, “1941”, y cuyo argumento se le ocurrió tras un pensamiento muy simple…”¿y si de jóvenes mi padre y yo hubiéramos sido buenos amigos”? Y ya a partir de ahí, todo desemboca en la leyenda…
Por último, una curiosidad….Como ya ocurrió el otro día con “Los intocables….” el reparto de “Regreso al futuro” sufrió un cambio a última hora. El elegido inicial para interpretar a McFly había sido Michael J. Fox, estrella televisa entonces por “Enredos de familia”, pero precisamente su contrato en esa serie le impedía actuar en la película.
Los productores abrieron otro casting por el que pasaron Ralph Macchio (Karate Kid), J. Depp, John Cusack y el finalmente elegido, Eric Stolz, que comenzó a rodar el film.
Por desgracia para él, meses después de empezar, los responsables de la película decidieron que Stolz no era el adecuado y decidieron volver a cambiar. Se despidió a Stolz, se esperó a que Michael J. Fox acabara con su compromiso en la tele y rodaron desde el principio en tiempo récord para llegar a la fecha de estreno. 



                   "¿Ves esto, Stolz? Pues es el tiempo que te queda en la película"



¿Qué hubiera pasado si el cambio no se hubiera producido? Juzgad vosotros mismos...





Como siempre, os dejo con la escena que más me llamó la atención en su momento, la “muerte” de Doc, el primer viaje temporal y la maravilla musical de A. Silvestri (sorry no lo encontré en castellano del nuestro)





También os dejo la cuarta parte de la saga, no estrenada oficialmente, pero que a mi entender supera tanto a la segunda como a la tercera, jeje….





martes, 21 de agosto de 2018

Robin Hood: príncipe de los ladrones


              Robin Hood: príncipe de los ladrones  (1991)



                    


Día 38...
Pues resulta que hace poco, ya acabando el curso, me dirigía como siempre a impartir una de mis clases magistrales (en el sentido literal del término y en el otro, todo sea dicho) cuando, para mi sorpresa, escucho el tema principal de la película "Robin Hood, príncipe de los ladrones" compuesta por el gran Michael Kamen y que abre este film (lo podréis ver más abajo), procedente del salón de actos de mi instituto y que retumbaba por todo el pasillo.
 Ni corto ni perezoso, y como siempre me ocurre con esta banda sonora, inmediatamente me puse a tararearla, silbarla e incluso acompañarla con movimientos de mi mano y mi fiel llavero, como si blandiera una espada, todo bajo la atónita mirada de dos sorprendidos alumnos que esperaban su merecida expulsión en la puerta de Jefatura, cual reos de la Santa Inquisición.
Toda esta larga introducción para justificar la película de hoy, segunda en menos de una semana protagonizada por Kevin Costner, en mi opinión uno de los actores más mediocres de los últimos años.



            Música épica de Kamen y el tapiz de Bayeaux: no se puede pedir más a una intro...



Lo cierto es que esta enésima revisión del mito del ladrón honrado que robaba a los ricos para dárselo a los pobres (mentira podrida, por cierto) sólo fue posible gracias al empeño personal del alopécico actor californiano, que la interpretó, la produjo e impuso como director a su amiguete y tocayo Kevin Reynolds.



  Los Kevin artífices del film: su amistad acabó con el desastre de "Waterworld" en 1995



Pese a lo manido del argumento, el film tiene su encanto, pues no se limita más que a dar lo que promete, es decir, entretenimiento sin pretensiones y lo cumple con creces, destilando en todo momento un aroma a cine clásico de aventuras que ya en aquella época (1991) se estaba perdiendo.
Pese a la rémora que supone la interpretación de Costner (muy criticado su acento british), otros actores más competentes lo equilibran, como M. Freeman, C. Slater, el cameo especial de S.Connery y, sobre todo, el auténtico protagonista del show, que se come con patatas al resto, un espléndido Alan Rickman (QEPD) como sheriff de Nottingham, que ilumina el film en todas sus escenas y que gracias a su carisma conquista al público, que prefiere que gane su personaje al final antes que el sosainas de Kevin (al menos, a mí me pasó)




Rickman y su sheriff se comen el film: este hombre bordaba los papeles de malo




Mención especial a la escena de apertura con la épica fanfarria de Kamen ya comentada, acompañada en imagen del tapiz de Bayeux, un poco fuera de lugar cronológicamente, pero que se perdona por lo bien que queda, y que ya habéis podido ver más arriba.

Si alguien es muy fan de K.Costner, espero que no se lo tome a mal pero lo mío con este tío es algo personal. Supongo que tiene que ver con su nombre, ya que la cima de su carrera coincidió con la moda de bautizar en España a niños con su nombre (de Kevin, a José Kevin, Kevin José e incluso Kevin de Jesús), la mayoría de ellos futuros alumnos de un servidor en la segunda mitad de la década del 2000, y casualidad o no, jamás conocí un alumno Kevin bueno, sufriéndolos en mis carnes. 
Espero que ahora me comprendáis.....y bueno, que el tío no es buen actor tampoco.
Y cómo no, os dejo a Robin de Locksley haciendo el indio con su arco...





domingo, 19 de agosto de 2018

Patton


                                       Patton  (1970)


            


Día 37...Como la última parte de este curso pasado se vioo alterada por un discurso, he decidido que el post de hoy esté protagonizado precisamente por otro "speech", casi tan histórico como el mío...
Y es que, si hay una película en la que destaca un discurso sobremanera, "El gran dictador aparte", ésa es "Patton", cuya escena inicial es un discurso de casi siete minutos ininterrumpidos que ya marcará todo el desarrollo del film.



            Patton, en su salsa, con audiencia, barras y estrellas: agárrense los machos


"Patton" es un film estadounidense de 1970 dirigido por Franklin J. Schaffner (que nunca fue un genio del cine pero sí un gran profesional del mismo, con otras joyas como "El planeta de los simios" o "Papillon") y que narra la polémica historia del general George Patton, figura venerada por casi todo su país.


                         Este señor, a lo tonto, tiene varias obras maestras en su haber


Para empezar, el general Patton era un auténtico hijo de puta y la película no lo esconde. Analiza al militar como lo que era, profesional, metódico, duro y un ganador nato, lo cual encanta en Yanquilandia pero también a la persona arrogante, intolerante, cruel y en cierto modo, brutal. Esto último precisamente es lo que causó que su familia no diera su visto bueno al guión (escrito por F. F. Coppola) y que se estrenara sin su consentimiento.



                   El Patton real: si en foto asusta, habría que verlo en vivo y en directo


Ya en la primera escena, se atisba la personalidad "pattoniana", seis minutos de patriotismo exacerbado, honor y sacrificio, cueste lo que cueste, y sobre todo, de brutal sinceridad.
("Quiero que recordéis que ningún bastardo ganó jamás una guerra muriendo por su patria. La ganó haciendo que otros pobres estúpidos bastardos murieran por ella. Muchachos, todas esas historias de que Estados Unidos no quiere luchar, que pretende estar al margen de la guerra, son un montón de estiércol. A los estadounidenses por tradición les entusiasma luchar, todo verdadero estadounidense ama el acicate de la pelea. Cuando erais niños todos admirabais a los campeones: al corredor mas veloz, a los ases del fútbol, a los boxeadores mas duros. Los estadounidenses aman al ganador y no pueden soportar al que pierde. Todo estadounidense juega siempre para ganar, yo no apostaría el pellejo por un hombre que estando perdiendo, se riera. Por eso los estadounidenses nunca hemos perdido ni perderemos una guerra, porque la sola idea de perder nos resulta odiosa")
 Y es por eso que allí veneran la figura del general.
Pero la película no sería lo mismo sin la interpretación de George C. Scott, uno de esos casos en los que el actor se mimetiza con el personaje y es imposible separar a uno del otro. Merecidísima estatuilla al mejor actor que se llevó y que se negó a recoger en la ceremonia (primer actor que lo hacía) por desavenencias con la Academia. Sí, está claro que el espíritu de Patton se apoderó de él...



                         Patton-Scott: el método Stanislavski llevado a la obsesión

Más cosas que hacen grande a este film son la química de Scott con Karl Malden, como el general Bradley, la recreación de la II Guerra Mundial usando escenarios españoles y material de nuestro ejército de entonces (ventajas de tener un ejército obsoleto) y la fanfarria principal de la banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith (magistral es lo menos que puede decirse)



      Afortunadamente, Jerry Goldsmith supo transmitir la épica que la película necesitaba



En conclusión, si se quiere saber todo sobre este hombre, mitad genio mitad psicópata, es la película indicada, no escondiendo sus detalles más polémicos: el maltrato que infligía a sus soldados, incluyendo las bofetadas que repartía entre sus hombres si aducían estrés nervioso, sus conflictos con los aliados forzosos rusos a los que odiaba y avisaba que serían el enemigo del futuro e incluso su antisemitismo (valiente para ser un producto de Hollywood el incluir la frase "nos hemos equivocado de enemigo en esta guerra")


                 El general, y sus habilidades sociales: "haciendo amigos" entre los rusos...



El único pero, que se omite en el final cualquier teoría sobre su muerte, ocurrida en Alemania al poco de acabar la guerra en accidente de circulación y sobre la que siempre hubo sospecha de conspiración (lo habrían quitado de en medio para que dejara de molestar a rusos y judíos)
Por cierto, en 1986 se produjo una secuela hecha para la televisión llamada "Los últimos días de Patton", que relata los últimos días de vida de Patton y el accidente que propició su muerte y en la que George C. Scott reinterpretó al personaje, aunque en este caso, la verdad, no pasa nada si no la veis.

                 
                                                            Niños, ésta, sí...



                                                           Niños, ésta, no...


En fin, os dejo con la escena inicial del discurso...














jueves, 16 de agosto de 2018

Los intocables de Eliot Ness



                   Los intocables de Eliot Ness  (1987)

                  
                 

 

Día 36...
Hora de otra lección de cine gratis.
Se dice que el lenguaje cinematográfico moderno nació a raíz de la obra del cineasta soviético Serguéi Eisenstein, creador del tipo de montaje al que estamos acostumbrados y que sirvió para abandonar el estilo "teatro grabado" que había caracterizado al séptimo arte en sus comienzos (esa consideración debería compartirse "ex aequo" con el otro gran innovador del cine, el estadounidense David W. Griffith)
En sus películas, en su mayoría obra para propaganda del régimen soviético, esto es perfectamente identificable, sobre todo, en "El acorazado Potemkin" (1925), considerado el primer film moderno.



                Serguéi Eisenstein: visionario del cine y de los peinados arriesgados


¿A qué viene este rollo? A que precisamente nuestra película de hoy incluye una mítica secuencia que homenajea a Eisenstein y a su obra maestra.
"Los intocables de Eliot Ness" es un film norteamericano de 1987 dirigido por Brian de Palma basado en la novela co-escrita por el propio Ness y que ya había sido llevada a la televisión como serie con gran éxito, que narraba la historia de cómo un agente federal trataba de luchar contra el crimen organizado en los peligrosos años 20 de los EEUU de la "ley seca", representado por un brutal Al Capone que tenía bajo su control a pistoleros, periodistas, policías y jueces.



Combatir el crimen no va regañado con la elegancia: Armani diseñó el vestuario del film


Brian de Palma pertenecía a una generación de directores que empezaron a trabajar en los 60 y que estaban destinados a dominar el cine en las siguientes décadas, incluyendo a Scorsese, Coppola, Lucas o Spielberg. Ya había demostrado su talento en varias ocasiones, pasando de ser considerado un simple imitador de Hitchcock en sus inicios a un autor consagrado gracias a "Carrie" o "Scarface" y la crítica destacaba ante todo su uso de los planos secuencia, es decir, rodar una escena entera sin cortar ni cambiar de plano, todo un despliegue de planificación y de presión para los actores que son enfocados en todo momento por la cámara.



                  De Palma: el rey del plano secuencia dirige a los intocables...desde lejos



Para De Palma, esta película era en principio, un encargo más, pero se lo tomó como algo personal y el resultado final valió la pena.
Incluye varias secuencias brillantes como la pifia en la primera detención de Ness, la de Capone con el bate de beísbol en la mesa, el ataque al convoy de alcohol en Canadá o cualquiera en la que interviniera un inconmesurable Sean Connery, que ganó el Oscar al mejor secundario, pero hoy nos quedamos con la del tiroteo en la estación que precisamente es todo un homenaje a la escena de la escalera de Odessa de "El acorazado Potemkin" y es toda una clase magistral de cómo mantener en tensión al espectador en todo momento (os dejo también el original para que comparéis)










Como curiosidad final, en principio a Ness lo iba a interpretar Don Johnson, sustituido finalmente por Kevin Costner en posiblemente el único papel en el que lo soporto (ni siquiera como Robin Hood alopécico) y de Capone se hizo cargo a comienzos del rodaje Bob Hoskins, aunque tras unas semanas de trabajo, De Palma decidió cambiarlo, acertadamente, por De Niro.




                    Bob Hoskins / De Niro: un cambio a última hora para mejor o peor?


Poneos el chaleco antibalas y disfrutad del "baile"...

martes, 14 de agosto de 2018

Rebelión en la granja


                          Rebelión en la granja  (1954)


         



Dia 35...
Primera vez que una película de animación ocupa nuestro post y no penséis que se trata de una película de animación cualquiera (como me ocurrió a mí la primera vez que la vi y que ahora os contaré)
"Rebelión en la granja" es un film animado británico de 1954 basado en la obra del mismo nombre del reputado escritor George Orwell ("Animal farm") que, como supongo sabréis, es una alegoría satírica en plan fábula con animales de protagonistas que realiza una durísima crítica sobre los totalitarismos y en especial, sobre el estalinismo y sobre cómo éste pervirtió el sueño del paraíso comunista.
Orwell, autor también de "1984" y acuñador de la expresión "Gran Hermano", fue un escritor y periodista británico cuyas obras se veían influenciadas por su vida personal y por su ideología. Miembro del Partido Laborista británico e izquierdista convencido, se caracterizó por su lucha contra el imperialismo de su patria primero y contra cualquier tipo de totalitarismo después, llegando a combatir como voluntario a favor de la República en nuestra Guerra Civil (el protagonista de "Tierra y libertad" se basa en parte en su persona, aunque a juzgar por la foto de abajo, Sean Penn hubiera sido todo un acierto de casting)



               George Orwell: verdadero creador de Gran Hermano y no Telecinco


En ese contexto publicó "Rebelión en la granja" en 1945, aportando su punto de vista a la revolución rusa, criticando que Stalin y su régimen acabaran con lo que tendría que haber sido el paraíso proletario. Para ello. optó por protagonistas animales que representarían a personajes reales: el cerdo Mayor (Marx, Lenin), el dueño de la granja (el zar Nicolás II), el malvado Napoleón (Stalin), el valiente y perseguido Bola de Nieve (Trotsky) o ya de forma más generalizada, esas gallinas (el campesinado), el cuervo Moses (la iglesia ortodoxa), el cerdito Chillón (la prensa) y mi favorito, Boxer el caballo (el proletariado)



              "Todos los animales son iguales, pero algunos más iguales que los demás"


Resumiendo, la exitosa revuelta contra el pérfido señor Jones (zar) es un éxito, pero cuando marcha todo bien en la granja y todos los animales son considerados iguales, aparece el taimado Napoleón con sus perros (la temida NKVD en la vida real) y toma el poder a la fuerza junto a los demás cerdos. No sigo por si la queréis ver....




               Napoleón-Stalin y Snowball- Trotsky: la revolución rusa vista por Orwell


Lo más curioso es que vi por primera vez esta peli siendo muy pequeño, en el legendario vídeo comunitario que conoceréis aquéllos que seáis de los 80-90...Ingenuo de mí, creí que se trataba de una típica peli de dibujos tipo Disney pero ni que los personajes fueran tan feos ni los colores tan oscuros, me hicieron sospechar. Además, tampoco salía ninguna princesita y la única escena musical era simplemente lamentable, pero de eso me dí cuenta ya tarde.
 Conclusión: aquella sobremesa un niño de apenas 7-8 años quedaba traumatizado (esa escena de Boxer siendo llevado al matadero mientras el burrito llora detrás de él es peor que la muerte de la mamá de Bambi o la de Mufasa juntas, por Dios) y que además, no se había enterado de nada.



                                       Mi yo de 7 años al empezar a ver la peli...



                                                Ese mismo yo justo al acabar...


Años después, entendí ya de qué se trataba la cosa, hasta el punto que, a día de hoy, la uso incluso para explicar en clase esta etapa de la Historia (y en Bachillerato, no os creáis) aunque me cuesta horrores que la distingan de "Chicken Run" (la de las gallinas ponedoras), supongo que serán cosas de la edad.
Os dejo con el asesinato de Snowball, y tranquilos, que a vuestra edad, no quedaréis traumatizados como un servidor (o sí, que nunca se sabe)