domingo, 9 de septiembre de 2018

Los señores del acero


                          Los señores del acero  (1985)



         



Hoy toca peli bestia….pero bestia, bestia, de las que no son aptas para todos los públicos, y no lo digo sólo por la posible edad del espectador sino porque algunas escenas del film en particular y el argumento en general, no están diseñadas para cualquier tipo de paladar y hace falta estómago para simplemente verla e incluso algo más para que encima, te guste.
Avisados estáis por si alguno se atreve a verla tras leer este post…
“Flesh and blood” (“Los señores del acero”aquí en España, premio de nuevo a la originalidad para nuestros traductores) fue una coproducción hispano-holandesa- estadounidense (sí, sí, todo eso) filmada íntegramente en 1985 en nuestro país, aprovechando escenarios históricos como el castillo de Belmonte y parajes de Ávila y Cáceres, y que versa sobre una parte de la historia en la que el cine raramente se ha fijado y que por eso, creo que me fascina tanto esta película: las guerras de religión en la Europa del siglo XVI y el papel que los “condottieri” (mercenarios) jugaron en ellas en la Italia renacentista (aunque no tanto por motivos religiosos en ese caso)



                   Mercenarios del S. XVI: todo bondad, lealtad y amor al prójimo...

Es por ello que Paul Verhoeven, director del film, centra el guión en esta época, pues eso le permite, además de contar una aventura trepidante, cargar y criticar, con toda la mala leche de que dispone, que es mucha, a todo aquello que se le pone por delante, como por ejemplo, el sistema feudal y la injusticia social, la intolerancia religiosa, la hipocresía de la Iglesia, la crueldad de la guerra y en líneas generales, el cinismo y la maldad humanas, en un guión que hubiera firmado el mismísimo Thomas Hobbes.


                     Verhoeven - Hobbes: aunque 300 años les separen, pensaban igual...

En resumen, el escenario perfecto para contraponer dos fuerzas que chocan cual trenes sin frenos: el progreso y la luz que conllevaban el Renacimiento y la ciencia frente a la barbarie y la inhumanidad de la intolerancia religiosa y el empleo de las armas.
Entre tanto caos es donde un director como Verhoeven, se encuentra en su salsa y le permite representar multitud de escenas escabrosas, morbosas y violentas, de ésas de las que su cine está lleno, y es que nos encontramos ante uno de los realizadores más polémicos de los últimos tiempos, lo que no le ha impedido cosechar varios éxitos comerciales (“Robocop”, “Desafio total”, “Instinto básico”), en los que sin olvidar su condición de cine de entretenimiento, no se cortaba un pelo a la hora de no dejar títere con cabeza en sus críticas, recordando sus años iniciales como director de culto en su Holanda natal.


                 Escena de sexo bajo cadáveres putrefactos: Verhoeven en su elemento


Más puntos fuertes del film:
1.- la poderosa banda sonora de Basil Poledouris


2.- el diseño de producción (beneficiado por paisajes y monumentos españoles) 




3.- unas actuaciones impecables, en concreto, las de Rutger Hauer (actor fetiche de Verhoeven) como Martin, Jennifer Jason Leigh, con el papel más complicado en su debut en cine (pasa de tierna doncella a zorrón manipulador en un desarrollo de personaje que dejaría en ridículo a la khaleesi de “Juego de tronos”) o nuestro Simón Andreu, actor español que se hartó de trabajar en producciones extranjeras al ser uno de los poquitos de la época que tendría el B2 de Inglés (si hasta aparece en una de James Bond…)


          El gran Simón Andreu: todos reconocen su cara, casi nadie conoce su nombre...


En fin, si os gustan las películas con personalidad especial, en las que los buenos no se distinguen de los malos, con escenas en las que todos vuelven la cabeza y vosotros no, os recomiendo esta peli, y si pensáis que el hombre es un lobo para el hombre, os la recomiendo….
Si no, siempre os quedarán las pelis de Disney  y sus princesitas…